
HACE MUCHO TIEMPO, EN UNA GALAXIA CON MUY MUY POCA TOXICIDAD…
Pertenecer a la industria de los videojuegos… Para unos un sueño, para otros una pesadilla llena de toxicidad. Aún recuerdo cuando era pequeño y entré en este extraño mundo, un mundo que por aquel entonces estaba reservado a los frikis, un mundo donde los populares no entraban, ya que los videojuegos eran “cosas de raritos”.

Aún recuerdo ese momento en el que la industria de los videojuegos ocupaba una cuota de mercado pequeñísima en comparación a la televisión o al cine.
Una industria recién nacida, compuesta por empresas dirigidas por pequeños grupos de gente que amaban los videojuegos de corazón, una industria que debido a su escaso beneficio alejaba a los empresarios de Wall Street y su dinero que todo lo envenena, una industria donde se hacían juegos por pasión y por amor al arte y no por comprarte un Ferrari teniendo un Audi.
HASTA QUE UN DIA…
Todo era de color de rosa, los desarrolladores trabajaban felices y los jugadores podían ir a la tienda con un billete de 20 € y llevarse el goty de ese año… Hasta que un aciago día la industria se infectó del peor cáncer que puede padecer: La moda.
Esta enfermedad se aferró a ella como los tentáculos del Kraken del Sea Of Thieves y sus síntomas fueron devastadores, lo que antaño fue pasión, ahora era dinero, lo que antes era felicidad, ahora se había convertido en abusos y acoso. Que el mundo de los videojuegos se volviera algo mainstream atrajo a los empresarios de Wall Street que antes mencionamos.


Que los videojuegos se volvieran algo mainstream dio pie a que empresas como Ubisoft empezaran a crear “Fabricas de dinero” ¿Qué es eso? Preguntaréis algunos, es como yo llamo a la saga “Assassin´s Creed” o “Far Cry”, sagas que han tenido muy buena acogida entre los fans en sus primeras entregas y que por ese motivo te venden una y otra vez el mismo formato, año tras años, sin apenas innovación.
Como la mecánica vendió una vez, venderá las próximas 10 veces y seguirán así hasta que expriman el último céntimo de la saga. Luego encontraran otra y vuelta a empezar.
Yo al principio me preguntaba como a Ubisoft y EA le salía rentable esa estrategia, si todos mis amigos opinaban como yo, que era una forma de sacar dinero haciendo una chapuza de videojuego, la respuesta está 2 párrafos más arriba: La moda.


Entonces me di cuenta de que esos empresarios llegaron a la industria porque los videojuegos ahora eran algo guay, algo molón, porque ahora el popular de clase era el chico que jugaba al Fortnite y eso llevo a que el sector se llenara de gente que no tenía ni idea de lo que era un buen videojuego, gente que le gustaba posar en Instagram con un mando y escribir 3 hilos en Twitter dando razones de porque su PS5 es mejor que una RTX 4090.
Ahora comprendía por qué los Assassin´s Creed se vendían y tenían éxito, entendía por qué el FIFA seguía líder a pesar de ser el mismo juego año tras año.
LAS VERDADERAS VÍCTIMAS DE ESTE CAMBIO NO SON LOS JUGADORES

Por desgracia, los más afectados de este cáncer no son los jugadores, ni siquiera los videojuegos, porque todavía hay alguna desarrolladora que se salva y se mantiene firme a sus principios, como es el caso de From Software, desarrolladora que le saco el dedo corazón a todos aquellos que exigían que sus juegos tuviesen un “modo fácil” en vez de acceder e inflar así sus ventas como hubiera hecho Ubisoft.
Las verdaderas víctimas de todo este cataclismo son los propios desarrolladores.
A lo largo de los últimos años hemos oído varias de noticias sobre acosos, abusos que han llevado incluso al suicidio de una trabajadora. Esa son las consecuencias del dinero y la avaricia del que lo posee.
Si un asesor financiero le dice al CEO de Ubisoft “Si sacas un AC todos los años tendrás muchos beneficios porque te lo van a comprar”, ¿Creéis que el CEO de Ubisoft dirá “No puedo hacer eso, mis trabajadores son personas, no robots y hacer un AAA en 1 año es una locura”? Pues evidentemente no, como empresario que quiere un Ferrari exprimirá AC y a los desarrolladores que trabajan para él dando vida al videojuego.

En un videojuego todo supone un gasto de dinero, las animaciones, los escenarios, la música, incluso lo que nos pueda suponer una tontería ha podido costar miles de euros.
Pues también tenemos al director de Striking Distance Studios, que decidió que no poner el nombre de los desarrolladores que han dado vida a The Callisto Protocol era una buena forma de ahorrarse unos miles de euros.
¿Es necesario reconocer el trabajo de las personas que han trabajado horas extras y han dejado su sudor y su trabajo plasmado en el proyecto?
Qué va, eso sí, que el nombre de su director “Glen Schofield” no falte, aunque se pasara la mayor parte del desarrollo tomándose un café tranquilamente en el escritorio de su despacho.



Al final todos somos humanos, tanto los jugadores, como los programadores, como los empresarios, y todos tenemos el mismo defecto:
La ceguera que acarrea el poder, aunque bien es cierto que cada persona es capaz de modularlo de una manera u otra y si partimos de que la persona en cuestión tiene una moral dudosa si le sumamos poder tenemos a un verdadero monstruo como es el caso del famoso “Bobby Kotick”, actual CEO de Activision-Blizzard.
Este hombre pensó que como estaba en la cima de la empresa podía tratar a sus empleados como si fueran NPC.
Ocultó casos de acoso, le dio manga ancha a sus coleguitas para que camparan a sus anchas sin consecuencias, abuso laboralmente de sus trabajadores (como no) y un largo etc por el que se ha visto envuelto en una gran polémica en los últimos años.

El problema de esto es que quizás el incremento de número de jugadores haya sido la causa de esto que ocurre en la industria, pero por desgracia los propios jugadores no podemos hacer nada para enmendar la situación.
Algunos son partidarios de hacer boicot a la empresa en cuestión, pero no se dan cuenta de que en el proceso también dañan a los desarrolladores porque si una empresa no factura, sus trabajadores tampoco.
Esta es una batalla que ellos solos deben librar por el bien de sus propios intereses.

HAY ALGO DE LUZ ENTRE TANTA OSCURIDAD
Como todo en esta vida, esta moneda tiene 2 caras, bien es cierto que hasta ahora hemos hecho hincapié en todo el veneno que hay en la industria hoy día, pero hay que destacar que también hay cosas buenas:

Que el público haya aumentado tanto su tamaño ha permitido a la industria generar muchísimo dinero, y como vivimos en un mundo capitalista, a más dinero, más posibilidades.
Gracias a este aumento de ingresos hoy en día disfrutamos de un amplio abanico de videojuegos nunca antes visto, en 2023 tenemos videojuegos de todo tipo y para todos los jugadores.
Desde un juego muy de nicho como podría ser Elden Ring, hasta un juego para todos los jugadores como puede ser Call of Duty, pasando por videojuegos más para todos los públicos como es el caso de famoso “Marvel´s Spider-Man”.
Por otro lado, es cierto que la situación de los desarrolladores en algunas empresas deja mucho que desear, pero también es verdad que gracias al boom de los videojuegos, hoy en día muchas personas que aman los videojuegos pueden dedicarse a eso de manera profesionalmente, cuando antes solo unos pocos eran los afortunados que podían hacerlo, ya que como comente los beneficios eran bastante escasos.

También hay que comentar que la situación de los jugadores más “puros” o “veteranos” también ha mejorado mucho con la aparición de multitud de empresas “Indies” que mantienen esa esencia de videojuego por pasión y no AAA por dinero.
Por último, pero no menos importante, hay que mencionar que no solo han despegado los videojuegos, sino también toda la tecnología que los rodea.
Los jugadores de PC ven que cada año hay nuevos y mejores componentes, los jugadores de consola ya tienen a su disposición consolas que mueven los juegos a 4K.
Y no podemos olvidar que cada vez se hacen más esfuerzos por hacer que los videojuegos lleguen a todo el mundo, estoy hablando de personas con discapacidades, ya sean locomotoras empleando mandos especiales o auditivas y quien sabe, quizás en un futuro se consiga que un ciego pueda jugar a un videojuego.

“El límite está en el cielo”
CONCLUSIÓN

Estamos viviendo una época de constantes cambios en el mundo de la tecnología y eso se traduce en cosas como las que he comentado en este artículo, por un lado, pueden ser buenas y, por otro lado, malas.
Lo importante es que nunca perdamos esa pasión que nos caracteriza a los que nos gustan los videojuegos y que sigamos disfrutando de cada momento que pasemos delante de la pantalla porque seguirán siendo únicos.